"Opino que tendríamos que llevar a cabo una revolución, en donde los patos vuelen lejos no solo cuando emigran, que las gaviotas amamanten a sus crías, que los sapos y las ranas no sean más que un solo renacuajo que se autoreproduce. Prometo que los hombres podrán usar pollera y las mujers barrer los tejados de sus casas. Quiero saber que todos creeran en el Dios de sí mismos. Ustedes amos y pontífices de su poder, harán lo suyo por su bien. Los virtualismos serán reales, la realidad no diferidá de la virtualidad. Miraremos el sol bajo su sombra. Y el fuego nos aliviará del calor. Nos derretiremos bajo una luna de invierno y lloraremos cuándo gocemos de nuestras vidas y seamos puramente felices. Porque la felicidad no será más que una simple agonía en la cuál, en menos de un segundo moriremos por culpa de la intriga de porque somos seres tan inútiles como para pintarnos un dedo. Y en dónde haremos la revolución autogenestianada por organizaciones multipopulares. Tomaremos el mando, para una autogestión no popular emitida por las masas. Es claramente la Utopía de la locura una gran ficción sumamente inverosímil, que se llega desesperadamente por tratar de conseguir algo que en realidad no tiene sentido si esa utopía nos olvida de ser, vivir, interactuar como personas. Pero aunque no sabemos si solo somos personas, tal vez seamos solo energias meramente impuestas acá para alguien que no quiere más que dominarnos por el simple hecho de sastifacer su realidad. Aunque nosotros también solemos hacerlo. Definitivamente estoy loco" |
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